La preocupación y la desesperanza se apodera de los venezolanos en el exterior ante la presencia del COVID-19, una pandemia que ha llegado a un gran número de paises y ya supera -en el mundo- los 2 millones de casos y más de 200 mil personas fallecidas. Las cifras son alarmantes y, ante esta situación, los gobiernos han decretado cuarentena preventiva y colectiva, una medida que ha obligado a la mayoría de las personas a quedarse en sus casas pero, ¿qué pasa con los migrantes?. La interrogante surge a sabiendas de que, cualquier persona, pero en este caso, enfocandonos en el ciudadano extrajero, debe valerse de su trabajo para poder mantenerse en otras tierras. Tienen que pagar arriendo, comida y cubrir necesidades que, sin empleo no podrán realizar. Sobre todo porque, en su mayoría, presentan un estatus migratorio ilegal y por ello, no cuentan en la nación en la que se encuentran con las mismas condiciones de un nacionalizado o una persona con papeles en regla. El miedo no es solo por el coronavirus. Los venezolanos en otros paises han quedado sin trabajo, algunos de forma definitiva, otros solo por el proceso de confinamiento; no les pagan sino cumplen una jornada de empleo, así que han tenido que utilizar sus ahorros para poder abastecerse en estos tiempos. La incertidumbre sobre la prolongación del aislamiento social es cada vez mayor para migrantes, en vista de que no tienen cómo mantenerse por más días, así como pagar las dudas que hasta ahora acarrean. Pero más allá de eso, la preocupación más grande de un venezolano en el exterior se centra en una sola cosa: sus familias en Venezuela.
"Los sitios donde podemos mandar dinero a Venezuela no están funcionando y eso es lo que más preocupa, no poder ayudar a mi familia para que sigan adelante. Por ese motivo salí", dijo Eduardo Garcías, venezolano en Argentina.
"Me asusta más mi mamá que está en Venezuela porque allá no se consigue medicamentos y comida, que yo aquí (en Brasil)", dijo Valentina Sosa.
"La única solución es dejar todo en las manos de Dios, porque aunque intente resolver de mil maneras, se me hace muy difícil poder mantenerme aquí y ayudar a mi familia", dijo el guayanés Julio Moya, quien está residenciado en Perú.
Taneth Vivas, una merideña residenciada en Ecuador, migró a ese país ante la crisis económica y social que padece Venezuela. Aunque ha sido "difícil", estaba establizándose cuando llegó el coronavirus causando una emergencia sanitaria en el mundo.
Uno de los países que ha causado conmoción, es Ecuador, donde los muertos por COVID-19 son encontrados en lugares públicos, los servicios sanitarios y funerarios han colapsado y el temor en sus habitantes va en ascenso. Extraoficialmente, se dice que en Ecuador viven más de 500.000 mil venezolanos. En enero de este año, autoridades de ese país, informaron que al menos unos 354.538 ciudadanos han ingresado desde Venezuela de forma regular y se han quedado en esas tierras.
"He presentado los síntomas del coronavirus desde el 17 de marzo (...) fiebre, tos, escalofríos, náuseas, dolor en el cuerpo, pérdida del sentido del gusto y el olfato. Al principio pensé que era una gripe normal", explicó Taneth Vivas. Tener los sintomas del COVID-19, para esta merideña ha sido la realidad más desesperante. No solo por ser una pandemia que azota el mundo, sino porque al pedir ayuda en los centros hospitalarios de Ecuador, no pudo le brindaron la asistencia médica necesaria por no estar inscrita en el Seguro Social de esa nación.
"El Gobierno (de Ecuador) no está ayudando a los propios ecuatorianos, menos a nosotros los venezolanos", dijo Taneth Vivas.
No saber qué pasará cuando se les acabe la comida, tengan que pagar arriendo e incluso cómo enviar dinero a sus familias en Venezuela, es el dolor de cabeza de quienes tomaron una maleta cargada de ilusión y esperanza para poder brindarle a sus suyos una mejor calidad de vida.
"Se nos está acabando la comida y no sabemos qué vamos a hacer", dijo Eduardo Garcías.
El mayor temor de Julio Moya, quien está en Perú, es quedarse en la calle. La cuarentena no le ha permitido trabajar y por ende, no tiene los recursos para pagar la habitación. "Se me hace difícil porque si salgo a trabajar de cualquier cosa, corro el riesgo de ser detenido. Tengo poco dinero que he ido gastando de poquito en poquito, me queda poca comida y no sé qué hacer", dijo.
Por su parte, Taneth Vivas puntualizó: "Nos toca pagar el arriendo y no tenemos cómo hacerlo. No sabemos si nos van a sacar o van a entender la situación". Según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, la cifra de migrantes venezolanos se acerca a los 5 millones de ciudadanos, quienes han tenido que salir a otros paises en busca de mejores oportunidades para así poder ayudar a sus familias en Venezuela.
"Vale la pena migrar. Ya he estado en tres paises (Perú, Chile, Argentina). Venezuela es el mejor país del mundo", dijo Eduardo García.
Que Venezuela vea amanceres llenos de "progreso y libertad", es parte del clamor de los migrantes. Un paso anhelado para que un gran número de los ciudadanos que se han ido, comiencen a ver la puerta de regreso a su patria y con ello, dar ese abrazo que anhelan a sus padres, hijos y demás seres queridos.
Por: José Manuel González / @josemagonzalezz
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