Lusmairyn Figuera es una guayanesa que vive una aventura inesperada en España y aún con el éxito en mano, añora visitar Canaima una vez más.
Con sus 33 años no se avergüenza en decir que nació en San Félix y creció a Manoa; estudió en la Escuela Básica José Luis Guzmán en La Unidad y luego en el Colegio Nuestra Señora de Fátima.
Las diferencias entre San Félix y Puerto Ordaz, cree que están solo en la cabeza. “Nosotros –de San Félix- siempre estamos creyendo que nos miran mal y en realidad nadie está pendiente de nosotros, literal”.
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Sin embargo, confiesa que llegó a verse afectada por comentarios de su círculo de amigos en su juventud.
Una vez que Lusmairyn aceptó que hay gente buena y mala en todos lados, se convirtió en su mayor orgullo decir que es de Manoa y “pertenezco al grupo de gente de allá que lo logró y lo logró en tiempos de dictadura y eso para mí, tiene un valor altísimo”.
¿Por qué España?
En marzo de este año, asistió a la Cumbre Mundial de Comunicación Política en España y se dieron los apagones en Venezuela, por lo que tuvo que suspender su regreso.
“Me decían que no me fuera, además mi vuelo no salió porque la tripulación era española y el gobierno español en protección a sus ciudadanos, suspendió los vuelos hasta allá. Me fui quedando, conociendo gente y ya llevo más de seis meses aquí”, relata.
Como toda guayanesa, ama trabajar y procuró ponerse en contacto con medios de comunicación y surgió la idea de hacer entrevistas en España y enviarlas a Venezuela.
“Le hice la propuesta Sábado en la noche y aceptaron”, precisa. Además, es embajadora y genera contenido para la marca Bumble.
Una comunicadora que sabe de números
“Que iba a pensar yo, que cuando me sacaban los cinco primeros días de cada mes del salón porque mi mamá no había podido pagar, iba a llegar a estar dónde estoy ahora”, revela.
Aunque en el fondo, siempre confió en que lograría sus metas, al graduarse de bachiller y comenzar a estudiar Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab Guayana), su situación económica le impedía avanzar.
Figuera le dijo a su madre que iba a trabajar y estudiar a la vez, pero sabiamente le advirtió que era complicado que “había que arroparse hasta donde llegue la cobija”.
La joven había sido asignada en ese entonces por el Consejo Nacional Universitario (CNU) a estudiar Ingeniería Electrónica en la Universidad Nacional Experimental Politécnica Antonio José de Sucre (Unexpo), una oportunidad que no podía desperdiciar y que la tomó con el dolor de su alma, porque su pasión estaba en Humanidades.
Aprendió mucho de matemática, física y química y aunque no lo aplica, reconoce que son conocimientos valiosos, pero al no ser “lo suyo”, perdió el amor al estudio. La universidad se fue a paro y Lusmairyn se retiró.
Comenzó a trabajar de promotora de licores y con eso pagó sus estudios de Administración de Empresas, en la Universidad Gran Mariscal de Ayacucho.
“De ahí me puse a trabajar de todo. Cajera de panadería, en un centro de comunicaciones, pintacaritas, payasita en fiestas infantiles, gerente en tiendas de Orinokia, vendía ropa, queso llanero, galletas caseras y daba clases de tareas dirigidas en la casa con mi mamá a niños de primaria y física, a los que iban a reparar en el colegio que estudié por cierto”.
Todo este recorrido fue una experiencia laboral previa a graduarse como administradora y cuando trabajó en el departamento de Venta y Cobranza de la revista Cosmo Guayana, notó que le gustaba estar en la redacción y confirmó una vez más, que esa era su área.
Primer paso: locución
“Yo quería ser comunicadora en general y la radio era lo más cercano. Además mi papá Luis Ubaldo Figuera “Monaguillo”, fue un comunicador y locutor muy conocido de la vieja escuela en Guayana y aunque no me crié con él, siempre admiraba de lejos su profesión. Justo ahora estoy haciendo conciencia que quizás en el fondo quería ser como él, cuenta a Puerto Ordaz.
Sus seres queridos siempre supieron que ella quería trabajar en medios, así que cualquier oportunidad le avisaban y así fue, cuando en la emisora Turística hicieron un concurso para buscar nuevos locutores, una experiencia que recuerda con agrado. Allí tuvo su primer programa de radio en horario “prime time”.
En paralelo, participó en el Miss Bolívar y aunque quedó con las bandas de Mejor Cuerpo y Fotogénica, solo estuvo allí por considerar al certamen, una plataforma para mostrarse.
“Luisa Lucchi (directora del concurso), creyó mucho en mí y me dio la oportunidad de animar al año siguiente la presentación a la prensa y así lo seguí haciendo consecutivamente hasta hace dos años. Le debo mucho al Miss Bolívar y a la señora Lucchi, ella misma fue quien me llevó por primera vez a un casting de televisión nacional”, agradece la locutora.
De Turística pasó a La Mega a conducir el espacio “Mega World” y luego a Festiva, donde fue host del programa “Cuando éramos felices y no lo sabíamos”, una idea compartida con el locutor Carlos Guillén y cuyo formato se mantiene, pero ahora se llama “Ni Tan Joven”.
Lusmairyn es locutora certificada por la Universidad Central de Venezuela y a sus 25 años, pudo por fin estudiar Comunicación Social en la Ucab Guayana, como siempre quiso.
Luego vino otro reto…
La televisión
Un llamado a casting publicado en Nueva Prensa llamó su atención y pese a que su mamá la desalentó, igual se inscribió. “Yo quería estar en los medios pero a nivel nacional. Sentía que tenía que salir de Guayana. Era como esas ganas de que el mundo te conozca sabes. Yo sabía que podía hacerlo igual o mejor que las que estaban”, refiere.
Cambios en la radio en la cual trabajaba, la llevaron a pensar en salir de la ciudad. Se fue a Caracas a hacer un casting en Vitrina de Televen, donde la experiencia en radio la llevó a clasificar.
Pasó todas las pruebas necesarias, era favorita en la competencia, llegó a la final con la mejor puntuación, pero no ganó. Fue un duro golpe para la guayanesa.
“Me fui del canal llorando como nunca y a la hora, una amiga que había conocido en otro casting me dijo que TV Española estaba llamando a casting para una serie de aventuras por la selva. Me fui directo a castear. Quedé en el de TV Española y me olvidé de Vitrina”, pero tuvo que volver a Televen a participar en un programa y le dieron un contrato por un año.
Figuera pasó de llorar por perder un casting a tener dos contratos al mismo tiempo. Fue un gran esfuerzo el grabar para ambos espacios, pero pudo hacerlo y pronto logró ser animadora de estudio.
La serie de biodiversidad para la TV española (Viajeras del Orinoco) no ha salido al aire, y en Televen, trabajó en Vitrina, El Avispero y La Bomba, hasta 2017.
¿Lo más difícil de trabajar en televisión?
“Lidiar con el ego de todos los compañeros. La envidia, deslealtad, traición, intereses es lo que abunda en ese ambiente y si no eres lo suficientemente fuerte, te pueden acabar la carrera. Entre críticas, chismes, abusos de poder, ofensas. Sobre todo para las que venimos de abajo y no estamos dispuestas a negociar nuestros valores”, responde tajantemente.
No obstante, deja en claro que conoció gente muy buena como el equipo de producción de Televen. “Llegar a la televisión nacional es ¡wow! y se reconoce, pero, sin que se vuelen los tapones”.
¿Qué aprendiste de esa experiencia en pantalla?
En la televisión la imagen es todo y que es muy fácil volverte loco cuando crees que eres “famoso”. Hay que ser muy fuerte, a nivel espiritual y psicológico. No digo que no me haya visto afectada, pero he salido fortalecida.
Lusmairyn soñaba con ser la sucesora de Maite Delgado; ahora, desde España no se queja de hacer lo que le gusta y se da cuenta que lo que no pudo lograr en Venezuela, es porque le corresponde hacerlo en el exterior.
¿Crees que todo lo que pasó retrasó lograr tus metas?
De acuerdo a lo “normal” me retrasaron, pero en definitiva era necesario. Llegar adulta a la televisión, me permitió mantenerme sin que el ego me ganara. Entonces mejor que fue así. Me hubiera encantado acceder a algunas cosas en términos de formación, como el inglés por ejemplo. Pero sé de ciencias y aunque a veces quedo como nerd, me gusta tener ese lado.
¿Las redes sociales te han ayudado?
Llegando aquí (España) obtuve la verificación de mi cuenta de Instagram y sin duda ha sido una llave que me ha abierto muchas puertas, me ha hecho visible en este país.
“La verificación es como cuando te dan la visa”, bromea.
Lusmairyn por ahora ha compartido con otros venezolanos exitosos como Alex Goncalvez, Jean Mary, Caramelos de Cianuro, Leonardo Padrón, Mariaca Semprún, Ana María Simon, Jhonatan Molly, Marko Musica y otros como Ivonne Reyes, Carlos Baute y Georgina.
Es una mujer de Manoa, que llegó a la televisión nacional y ahora representa a Guayana, desde España.
Por: Leonervis Hernández / @leonervis
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