Un merideño que hace de lo que ve, un maravilloso y atractivo verso, logrando sonrisas y aplausos en cualquier lugar que se presenta, así es Jaiver Villarroel, un hombre cargado de talento, disciplina y la dicha de hacer de la música, su más preciado trabajo.
Jaiver, nació en Mérida, el 5 de noviembre de 1984. Cuando tenía siete años de edad, se mudó a Guayana, debido a que sus padres son oriundos de esta ciudad. Para esa época, su papá se había graduado de la Universidad de Los Andes (ULA) y consiguió trabajo en este terruño bolivarense, siendo ese el motivo de su regreso a la zona.
Su gran pasíon desde muy chamo fue la música. Explicó que sus padres han estado inmersos en el arte. "Ambos son artistas de alguna forma. A mi mamá le gustan mucho las letras, la narración oral y mi papá siempre fue músico popular: bolero, salsa. Ambos son melómanos".
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Con precisión, detalló que su padre fue músico ejecutante, mientras que a su madre le gustaba declamar y cantar.
"Desde chamos todos tuvimos un acercamiento a las artes", destacó.
Llegando a Guayana, Jaiver comenzó a desarrollar estudios en la Escuela de Música del Municipio Caroní, "fue una experiencia que al principio no siempre me gustó, pero le fui agarrando la vuelta, el cariño al aplauso y al reconocimiento de la gente, la sonrisa y todo lo que significa generar alegría en alguien que ve tu propuesta artística. (...) Me gustaba la música pero no me gustaba estudiarla, me quedaba hasta dormido en las clases, hasta que entendí su significado. Descubir el lenguaje de la música me llevó abordarla desde otra perspectiva", dijo.
Sus estudios arrancaron a los 8 años y su retiro de esta preparación académica, fue cuando tenía 16. Desde allí comenzó a dedicarse a hacer música popular "en la calle": calipsos, parranda, rock.
Durante cuatro años estuvo residenciado en Caracas, y su experiencia de vida en la ciudad capital del país, lo llevó a convertirse en quien es ahora artísticamente. Para ese momento, tenía 22 años de edad.
"Caracas prácticamente me hizo artista, sus calles, el metro, el poder vivir de la música, alimentar el primer año de mi hija cantando en el metro y buses. Eso me dijo: Mire hermano es por aquí (el camino correcto)", puntualizó el cantante de 35 años.
Se fue a Caracas "enamorado y por un sueño musical". Una banda de reggae con contenido "de mucha conciencia" sería su meta. Logró materializarla con unos amigos de Puerto Ordaz que vivían allá. En la agrupación, Jaiver fue el bajista, pues "todavía no había verso libre".
"Con el reggae tuve mucha empatía, tuve una manera peculiar de absorberlo y entenderlo. Eso me permitió creerme aún más el trabajo artístico que, sin saber, iba a desarrollar. Lo que me lleva -prácticamente- a darme a conocer como músico, es la necesidad de conseguir un instrumento", recordó.
Jaiver y su amigo Gabo, quien era el guitarrista de la agrupación de reggae, querían comprar unos instrumentos musicales, pero lo costoso de los mismos los llevaron a tomar la iniciativa de mostrar su talento en el Metro de Caracas, el medio de transporte más concurrido en la capital de Venezuela.
Fue Gabo quién le planteó a Jaiver la posibilidad de cantar en el metro, siendo este el inicio de la improvisación, el apoyo económico y el aplauso, pero además, la dicha de poder reunir el dinero necesario para adquirir los instrumentos "en menos tiempo de lo que lo haría cualquier otra persona".
En tres meses y con un horario de 9:00 de la mañana a 3:00 de la tarde, con intérvalos en las denominadas horas pico, Jaiver y Gabo pudieron lograr su meta: comprar un bajo.
Músico ejecutante
Jaiver es músico ejecutante de la guitarra, el cuatro, el bajo eléctrico y un poco de piano.
Luego de estar cuatro años en Caracas, Jaiver regresó a Ciudad Guayana.
"Me comí la cabeza de la sapoara. Me embaracé junto con Ariana Hernández, mi pareja hoy en día, y la responsabilidad y compromiso de ser padre y todo lo que venía, me llevó a tomar la decisión de venirme. No fue fácil realmente", refirió.
Para ese tiempo, Jaiver pertenecía al grupo "Alto K-libre consciente", quienes estaban "en un buen momento" y lograron ser teloneros de la banda de reggae chilena Gondwana."Cantamos con ellos en tarima, en la Universidad Metropolitana, seis mil personas, apareció un manáger, venía otro proceso para mi vida y, tuve que dejarlo todo porque la vida me estaba pidiendo otra responsabilidad", indicó.
Jaiver "no estaba convencido de nada", pensaba que Puerto Ordaz "era la misma ciudad apática que siempre fue, que no iba lograr absolutamente nada aquí y resulta que estaba muy equivocado porque fue aquí donde logré consolidar la propuesta musical más profesional en la que he estado, donde pude participar en la grabación de un disco, logré estar en escenarios y conocer artistas sumamente grandiosos de nuestro país y del mundo, conocer periodistas y medios -tanto impresos como digitales- que son muy buenos", entre otras cosas.
El artista merideño con corazón guayanés, no se arrepiente de lo que sucedió. Al contrario, lo mejor que le ha pasado en la vida es el vientre de Ariana, su esposa, y tener a su hija. Sin embargo, reconoce que de no haberse dado el embarazo, todo hubiese sido diferente. Es posible que, al igual que dos de los cuatro integrantes de su grupo de reggae, se hubiese ido de Venezuela a Buenos Aires, Argentina, hace muchísimos años a continuar su sueño en ese país.
"Lo más seguro es que hubiese sido así. Es lo único que sé con seguridad: me hubiese ido de Venezuela. No sé qué hubiese pasado allá, no sé si hubiese sido éxitoso o un fracaso, no tengo ni idea. Lo que si puedo decir con bastante certeza es que todo lo que ha ocurrido ha sido lo mejor, ha sido lo correcto, porque si yo miro hacia atrás y miro mi presente, creo que he recibido y aprendido muchísimo. Yo vivo de la música, soy músico, y en el momento país en el que estoy diciendo que soy músico, no es ni fácil ser doctor, imagínate ser músico", puntualizó.
Jaiver aseguró que se descubrió y se hizo un artista a través del reconocimiento y del amor propio que a veces tiene duda "por montones".
"He estado en días de duda, mi nevera, la vida, mi edad, la cuenta bancaria, entre otras cosas, pero también me doy cuenta que eso ocurre por la valentía que a veces uno asume que es sensible. Soy un ser extremadamente sensible, percibo la vida a un nivel de sensibilidad distinto, me importa y me duelen las cosas de una perspectiva diferente, trato de hacer objetivo pero a veces la ilusionabilidad no me lo permite", agregó.
El cantante explicó que siempre trata de trascender, "y estoy trascendiendo a través de una hija pero a veces pongo en duda que lo estoy haciendo bien porque estoy persiguiendo un sueño que no sé si tiene sentido perseguirlo, y ella ahorita con nueve años quizá lo puede ver como: qué fino mi papá que hace esto, pero la vida no se trata de perseguir sueños, se trata de hacerlo real y para eso, uno tiene que ser muy disciplinado, constante, objetivo, rodearse de gente adecuada para que pueda materializarse".
El elocuente artista aseguró que "es mentira" la famosa frase "querer es poder", porque afirma que lo descubrió.
"Querer no es poder. Eso es mentira. Si yo quiero que el Barcelona me fiche y le pongo empeño con mis 35 años, ¿tú crees que a mis 36, 37, 38, 40 me fichen?. Hay que ser realistas dentro de ese querer para poder obtenerlo", acotó.
Jaiver está confiado en que, si bien toca algún instrumento musical, ha sido su capacidad de improvisación la que lo ha llevado a obtener el reconocimiento del público.
"Me dejé de arropar en algún momento por el ego, teniendo una manera equivocada de amarme. Dije cosas en tarima, en festivales que realmente no me arrepiento de haber dicho pero que si lamento haberlas expresado, porque la música o el arte debe ser para sumar, de lo contrario, no tendría sentido que exista. Los artistas debemos estar comprometidos con la mejora social, de vidas y de espacios. Cuando eso se transforma en algo antagónico, ya el artista para mí, representa un conflicto, un problema en la sociedad que tiene que ver con el desamor, con el cómo convivimos entre nosotros con nuestras diferencias. Creo que arte tiene muchísimo poder, más que cualquier político o religión, porque en un mismo lenguaje, sentimiento y energía, agrupa masas que piensan distinto", comentó.
Amante de la lectura
Jaiver en entrevista exclusiva para SoyPuertoOrdaz, confesó que le gusta mucho leer; algo que lo ayuda a desarrollar sus ideas a la hora de improvisar.
"Todo lo que tengo se lo debo a la gente quienes son mi música e inspiración. Es la gente la que me ayuda a desarrollar mi capacidad creativa", acotó.
Para este merideño, "el hecho de conocer el barrio, la urbanización, el status de millonarios me ha permitido tener un arte bien maleable para esos espacios. Creo que mi trabajo artístico cala muy bien dentro de cualquier status social porque está condicionado por el conocimiento que te deja la carencia, de lo que significa vivir en un barrio y lo que te da la abundacia, de tenerlo todo. He estado en ambos espacios donde he conocido gente maravillosa".
Sus vivencias lo han llevado a recibir halagos de abuelitos y chamos, quienes le dicen que desean rapear como él, siendo este el motivo de Jaiver para sentirse con un compromiso global a la hora de hacer música, "que no sea sólo para gente adulta ni para jóvenes, sino que sea para el mundo", señaló.
La felicidad de su hija es su más grande sueño
Jaiver comentó que sus aspiraciones con los años ha cambiado, porque tiene un sueño para él, pero éste no tendría sentido sino cumple el de su hija.
"Mi sueño es que a través de la felicidad de Amelí (su hija), yo pueda seguir haciendo música para el mundo y que el mundo conozca mi música, la cual deseo que se multiplique por todo el planeta, pero que sea felíz Amelí", expresó.
La capacidad artística de este cantante, lo ha llevado a ganarse muchos aplausos y la admiración de niños y adultos. Su facilidad de hacer de un momento, una rima que saca sonrisas, es su carta de presentación.
Desde hace un año aproximadamente, Jaiver empieza de manera formal un nuevo proyecto llamado "Verso Libre". Antes de eso, trabajó con la agrupación "La Ruta Natural", luego con "5nfusión", donde tenía momentos de protagonismo.
Ahora, con "Verso Libre", emprendió un nuevo camino individual que emociona a todo el público cada vez que se presenta, siendo sus vivencias la musa más valiosa.
Entre otras cosas, "he estado viviendo en la calle un año, preso por hacer música en un vagón, he enterrado a seis de mis mejores amigos quienes han sido asesinados, soy el mayor de seis hermanos, viví en barrio, viví carencias, un divorcio, la ayuda de vecinos que nos llevaban un paquete de harina y una mantequilla para comer bollo con mantequilla tres veces al día durante mucho tiempo, vi asesinatos, vi drogas, vi morir por cáncer a una de las mujeres que más amo: mi suegra, despedir a mi hermana que se fue a Francia y tengo cinco años que no la veo y que tengo una sobrina que no conozco y no sé cuando voy a conocer, ver como mi país ha muerto poco a poco y sentir que he dejado todo en las calles desde el 2014 para acá, tener que cortarme los dreadlocks porque tenía químico de bombas lacrimógenas que me podían dejar calvo. Vivir ha sido lo que me ha dado la musa y el entendimiento de mi compromiso con el arte y claro, un refuerzo con la lectura porque consigues las palabras con las que puedes decirlo".
Proyectos actuales
Para este 2020, Jaiver quiere seguir escribiendo, componiendo y lograr materializar su disco. Además, anhela internacionalizar su trabajo. Su producción discográfica -destacó- tratará sus alegrías y dolores, de lo que significa la calle y demás aspectos que lo han convertido en el hombre que hoy es.
"Creo que voy a involucrar un poco del género urbano dentro de mi disco, no voy a hacer reggaetón ni trap, pero si voy a tener elementos electrónicos que tienen que ver con la industria. Entendí que necesitas ser comercial para poder trascender, conseguir el billetico y darte a conocer. Hay gente que me dice que no necesito eso; sí, si lo necesito porque para que guste tanto a niños como al más adulto, debe tener todos los elementos", detalló.
Agregó que desea retomar el proyecto "Cantamos tu historia" que llevó a cabo con la agrupación bolivarense 5nfusión pero "quiero hacerle música a los venezolanos de bien que están en Venezuela por el mundo. La idea es homanejear la venezolanidad bonita", dijo.
"Cantamos tu historia" es una campaña antixenofobia que buscaba resaltar que hay muchos ciudadanos criollos brillando en distintas áreas y apartando soluciones por el mundo.
"Si bien la música es universal, yo quiero hacer mucho por mi país con ella. Yo canté en la calle y me ayudó la gente, mi hija vivió de la gente, de la gratitud de la gente y no tenían por qué hacerlo. Yo creo que tengo una deuda con el venezolano y se la quiero pagar a traves de la música", precisó.
La autencidad como enfoque
Muchos son los niños y jóvenes que le han dicho a Jaiver que quieren desarrollar una capacidad musical como la de él, pues se ha convertido en inspiración para muchas promesas del arte en Venezuela.
"Que no sean como yo, pero que sean felices, que tomen lo mejor de mi. Si le gusta mi manera de improvisar, esta bien, acéptalo, trata de copiarlo, si eso te sirve para ir indagando y buscando, perfecto; pero no sean como yo, sean como se descubran, como logren ser, porque no hay nada más bello dentro del arte que la autenticidad, y aplica para la vida. Toma lo mejor de mi, es para ti, ni siquiera es mio", instó.
Al consultarle sobre su lugar favorito de Puerto Ordaz, respondió que los brazos de su hija y de su esposa. Con respecto a un espacio de la ciudad, refirió que le encantar ir con los kayak hasta la caída del salto de La Llovizna.
"Ese es uno de los sitios más hermosos de esta ciudad. Yo nací en Mérida, pero soy guayanés por decisión y de corazón, viví en San Félix ahora en Puerto Ordaz, yo amé el malecón de San Félix, sus atardeceres, muchísimas veces estuve allí, pero también los del Parque La Navidad son otra vuelta para la vida. Mis mejores amigos son de Ciudad Guayana", acotó.
Con la frase "y por siempre a las estrellas porque en ellas está la luz", Jaiver define su carrera. Relató que en el momento en que sus padres se divorciaron, él tenia 14 años y consiguió junto a sus hermanos a su madre, quien estaba llorando en la cocina de su casa pintando una pared de blanco y escribiendo esa frase "para levantarse del dolor que ella estaba viviendo".
Añadió que crecieron viendo esa frase y en los momentos más turbios de su vida es esa expresión de su progenitora la que llega a su mente. "Creo que es un mantra", finalizó.
Para conocer más de la carrera de este personaje, síguelo en todas las plataformas digitales como @jaiverversolibre.
Por: José Manuel González / @josemagonzalezz
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