Conocido en cada cancha de baloncesto venezolano como “La Hormiga Atómica”, Harol David Cazorla Benítez es cumanés de nacimiento pero con el corazón en Guayana, ya que ha sido parte del equipo profesional de baloncesto Gigantes de Guayana por casi una década.
Desde los ocho años de edad Harol se ha mantenido cerca de una cancha de baloncesto, “empecé a entrenar en Cumaná, estado Sucre, en el gimnasio “26 de Octubre”, y a los 9 años pasé a representar al estado en los juegos nacionales de mini básket”.
Como cualquier niño ansiaba salir de clases para poder practicar este deporte del que se enamoró pronto, mientras que muchos de su edad se interesaban más por el béisbol o el fútbol.
¿Quiénes fueron tus referentes en esa época?
“Para mí, en ese tiempo, estaba el criollo Diego Guevara como jugador estrella, luego tuve la oportunidad de jugar con él en Gigantes de Guayana. A nivel internacional no tenía mucho acceso a ver juegos de la NBA, pero escuchábamos mucho el nombre de Michael Jordan, que para nosotros de verdad es un referente del baloncesto a nivel mundial. Kobe Bryant también como figura, lo admiro por su manera de jugar, que también está retirado.”
Llegada a la LPB
Harol Cazorla representó al estado Sucre en todas las categorías: mini básquet, cadete, infantil, junior, juvenil y sub-21. Al llegar a la etapa de juvenil se le presenta la oportunidad de participar en varios campamentos de equipos profesionales como fueron: Marinos de Anzoátegui y Guaiqueríes de Margarita.
“En ese entonces muchos no creyeron en mi talento debido a mi estatura (1.75), lo que me daba un mayor impulso para continuar entrenando y preparándome, el apoyo de Daniel Centeno (actual entrenador de Bucaneros de La Guaira) fue determinante en mis inicios y de lo que soy hoy como jugador.”
A los 17 años logra un primer contrato con Guaiqueríes de Margarita, cierra un ciclo con ellos y regresa durante un año a casa, “sabía que este deporte era mi vida y tenía que continuar saliendo todos los días a entrenar y practicar para ser cada día un mejor jugador”, manifiesta.
Para el año 2011 y con 18 años de edad, figuras de Gigantes de Guayana ya habían puesto su mirada sobre el talento de Cazorla durante una liga paralela y es llamado para unirse a los colosos del sur.
Siendo su destacado trabajo lo que lo lleva a ser nombrado durante el año 2012, como Novato del Año. De esos tiempos recuerda con cariño que “Carl Herrera fue el primer entrenador que me dio la oportunidad de poder jugar en la Liga Profesional como tal, es un gran amigo, lo aprecio mucho, y sin duda, un gran jugador a nivel nacional e internacional”.
Valores
La solidaridad marca la vida de este jugador y es que en días recientes, previa a su partida, Cazorla junto a un grupo de voluntarios visitaron los Hospitales Uyapar y Guaiparo, para llevar una sopa solidaria a los niños del área de hospitalización pediátrica, donde enfermeras, doctores y pacientes recibieron con cariño la iniciativa del atleta profesional.
En cuanto al deporte, comenta que “mi fundamento ha sido la constancia, el poder creer en mí antes que lo hicieran los demás para lograr mis metas, a pesar de cualquier comentario o negativa que se presente, por ejemplo en mi caso el mito de la estatura para jugar baloncesto. Realmente, lo más importante es lo que tú quieres hacer con tu vida y tu futuro, trabajar y luchar por ello”.
“Además, lo básico para cualquier deporte como es el respeto, la disciplina, ser puntual a la hora de trabajar, dedicación y humildad sobretodo, mientras más logros alcancemos siempre debemos ver la vida desde la humildad”.
(Lea también: Nehemí sueña con una Venezuela “sin censura”)
Conquistando nuevas tierras
La internacionalización llegó a través del trabajo duro y año tras año, comenta que con “Gigantes de Guayana fui mejorando mi juego, lo que me llevó en el año 2014 a quedar como Mejor Sexto Hombre, luego me llamaron a la Selección de Venezuela donde quedamos campeones suramericanos en el 2016”.
A España viajó en una oportunidad con la Selección de Venezuela a jornadas de preparación deportiva; allí se dieron algunos juegos con diferentes equipos españoles donde era común la asistencia de scouts, cazadores de talentos y entrenadores.
“En uno de esos encuentros se acerca un agente deportivo a quién era nuestro entrenador para preguntar por mí; y es cuando se habla de la posibilidad de jugar para el Club de Básket Óbila, donde he podido sumar con ellos dos temporadas. Gracias a dios tuve una gran receptividad con el equipo siendo extranjero (único venezolano)”, comenta.
No podíamos despedir la nota sin preguntarle sobre su lugar favorito en @PuertoOrdaz, a lo que respondió: “Si soy sincero y no tengo ni que pensarlo, mi lugar favorito es el Gimnasio Hermanas González. Tengo tantos años formándome, jugando, creciendo allí, que ya la considero mi casa”.
En lo inmediato Harol Cazorla espera tomarse unos días de descanso, compartir con su esposa e hijos que lo esperan en España y retomar los entrenamientos para estar preparado para las próximas temporadas tanto en Venezuela como en Europa.
Gabriela Anderez @gabyanderez
Comments