Con las ganas firmes de quedarse en Venezuela, José Miguel Gómez decidió en compañía de su esposa Yvette Molina, radicarse en Mérida, una tierra en la que decidieron poner en marcha su emprendimiento y hasta ahora ha tenido gran éxito: “Mérida Foodie”, una marca que brinda el diseño y confección de atractiva indumentaria de cocina.
José Miguel, es de Upata estado Bolívar. Es fotógrafo, cocinero, costurero y diseñador de indumentaria de cocina.
Yvette, por su parte, es periodista, fue profesora de la Universidad Católica Andrés Bello, sede Guayana (Ucab Guayana), y además, ocupó el cargo de coordinadora académica en esta reconocida casa de estudios. Es oriunda del estado Mérida, lugar en el que reside su familia y la razón por la que ambos decidieron irse a vivir en esa zona.
«Me vine a Mérida hace cuatro años porque no quería o no quiero irme del país. Mi esposa es de Mérida y decidimos venirnos antes de irnos», explicó el bolivarense de 36 años.
José Miguel, antes de irse a ese estado de los andes venezolanos, vivió en Puerto Ordaz por muchos años; tiempo en el que trabajó como fotógrafo de varias revistas y proyectos individuales. Al llegar a Mérida, continúo su trabajo con la fotografía pero estos eran muy pocos.
«Siempre estuve ligado al mundo de la cocina porque hacía muchas fotos gastronómicas. Mi esposa y yo siempre nos consideramos –algo así- como unos foodie, las cosas que siempre hacíamos era viajar y comer, ya que es básicamente como se conoce una ciudad, por su comida», indicó.
La idea
En Mérida, José Miguel decidió hacer un taller de panadería con un reconocido cocinero de esa entidad, donde le pidieron un delantal.
«Yo quería un delantal con cierto estilo y no lo conseguí, como soy diseñador dije: “qué complicado es comprar el material, diseñar algo y ver si se puede coser”. Una persona me ayudó con el primer delantal que se hizo y lo llevé el día del taller, donde me preguntaron por el delantal y respondí: “los hago yo”. De ahí me salieron un par de pedidos», puntualizó.
Después de ver que a la gente le gustó el producto y entregar el primer pedido, decidieron establecerse como marca hace tres años.
«Tiempo antes ya habíamos creado una cuenta (en Instagram) para hacer reseñas gastronómicas en Mérida, porque aquí hay muchos restaurantes y variedad de comida. Se llama “Mérida Foodie”, básicamente era para hacer reseñas porque yo soy fotógrafo y mi esposa es periodista, era una manera de mantenernos activos. Entonces decidimos utilizar ese mismo nombre para la marca», destacó José Miguel.
Relató que inicialmente, además de promocionar la ropa de cocina, como su esposa conocía algunas recetas de la gastronomía merideña, también empezaron a hacer y vender en la misma cuenta de redes sociales, algunos productos como encurtidos, antipasto, entre otros.
«De un momento a otro quitamos la comida y empezamos solamente con la indumentaria de cocina», agregó.
«Mérida Foodie» es un emprendimiento en el que siguen al frente José Miguel y su esposa, siendo los únicos que fabrican y promocionan todas las piezas, sin personal adicional.
«Mi esposa y yo somos los que fabricamos todas las piezas. Yo voy a la parte de confección y diseño, ella se encarga de otras cosas como el manejo de redes y atención de clientes. Entre los dos hacemos todo», acotó.
Actualmente, además de ofrecer indumentaria de cocina también realizan innovadores delantales para barbería. Trabajan con diversos materiales con los que logran crear una atractiva pieza: cuero, jeans, madera, metales, cuero sintético, lonas, estampados, bordados, grabados a láser, entre otros.
Los delantales son hechos a mano y totalmente exclusivos, ya que no se repiten diseños. «Siempre se trata de hacer diseños diferentes, todo nace en el momento de la confección y en el gusto del cliente»
Como conoce de la cocina, José Miguel comentó que diseña las piezas en base a lo que necesita un cocinero, no solamente para que la indumentaria se vea bien, sino para que también le sea funcional.
Retos
José Miguel destacó que «los retos son los que ha tenido todo emprendedor en Venezuela, primero crear un emprendimiento cuando básicamente nos criaron para ser empleados toda la vida, sobre todo la gente de Puerto Ordaz que tienen el chip de que hay que graduarse para trabajar en una empresa básica porque fue lo que te metieron en la cabeza, nunca nos entrenaron para ser empleadores ni tener negocios, por ahí el primer reto porque no estamos acostumbrados a eso».
Agregó -entre otros aspectos- las fallas eléctricas que producen el atraso de los trabajos así como la pérdida de maquinaria.
Además refirió que tuvieron que «aprender a trabajar en divisas como creo que aprendió a trabajar todo el mundo, desde el empresario más pequeño al más grande y el venezolano aprendió que puede pagar con divisas, sobre todo porque ya sabe que todo está siendo cobrado de esa forma y la mayoría del material es traído de afuera»
«Todos los problemas que afectan a Venezuela nos afectan a todos los emprendedores, así como también a los empresarios», aseveró José Miguel.
Detalló que no sabía coser, fue algo que tuvo que aprender. Al inicio tenían una persona que los ayudaba con eso pero «es complicado depender a veces de empleados y el producto no quedaba igual porque las ideas vienen de mi cabeza según lo que pide el cliente, entonces explicarle a veces a una persona para que lo haga es complicado»
Para José Miguel lo más gratificante es ver que las piezas que realizan están en diferentes partes del mundo, pues cocineros y barberos venezolanos, así como diversas empresas criollas en el exterior, tienen la indumentaria diseñada y confeccionada por «Mérida Foodie». El hecho de que la gente conozca y valore su trabajo, también es uno de los aspectos que los motiva a seguir adelante.
Aspiraciones
Comentó que la meta antes de que finalice este 2019, está centrada en el lanzamiento de una tienda online, espacio digital en el promocionarán y comercializarán todo lo que necesite un cocinero con el sello de «Mérida Foodie», como estuches para cuchillo, bolsos, monos de cocina, gorros de cocina, delantales, entre otros. Todos con el estilo que los caracteriza y además 100 por ciento hecho a mano.
Además aspiran seguir creciendo en las redes sociales y poder seguir llevando su producto «lo más lejos que se pueda».
Extraña Puerto Ordaz
No podíamos dejar pasar la oportunidad para preguntarle a José Miguel cuál era su lugar favorito de Puerto Ordaz, aunque aseguró ser fanático de muchos espacios de este terruño bolivarense, pero puntualizó con que La Llovizna, es uno de los sitios que más extraña de la zona.
«Mi trabajo me llevó a conocer cada esquina de Puerto Ordaz, pero mi lugar –aunque suene cliché- siempre será La Llovizna. Mi esposa como trabajaba en La Católica yo la llevaba todas las mañanas y me iba a caminar La Llovizna todos los días y de verdad que una de las cosas que más extraño de Puerto Ordaz es ese espacio y su olor».
Redes sociales
José Miguel Gómez: Instagram.com/unfoodieenlacocina
Yvette Molina: Instagram.com/yvettemolina
Mérida Foodie: Instagram.com/meridafoodie
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