José Gregorio Salazar, párroco de la Iglesia Nuestra Señora de Coromoto, de Los Olivos, explicó que la Semana Santa es importantísima porque se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, fecha en la que el número de fieles incrementa y con ello, la demanda de hostias y vino.
Refirió que para las celebraciones litúrgicas de estos días santos, están "recortados" con las hostias, ante la falta de material para su realización y los altos costos que los mismos han alcanzado en los últimos tiempos.
"Gracias a Dios que teníamos una reserva y eso nos está ayudando a mantener las comuniones", detalló.
Salazar precisó que anteriormente, las compraban y podían reservarlas para estas fechas por la cantidad de fieles que se acercan, pero ante la escasez de harina de trigo para su realización, están "en la raya".
"Estamos contentos porque el número de fieles cada vez es mayor. Ante la crisis la gente se crece y se va acercando cada vez más, buscando asemejarse a Jesucristo en su sufrimiento", puntualizó.
El párroco de la iglesia ubicada en Los Olivos, destacó que actualmente se ha visto un retorno masivo de personas buscando a Dios.
"La gente habla de una crisis, pero la crisis no es de valores nada más, no es solamente humanitaria, de medicinas ni comida. El problema es que la gente ha perdido a Dios en su corazón y cuando esto ocurre, puedes tener cualquier cantidad de dólares, dinero o comida en tu almacén, aunque tengas todo materialmente, no tienes lo más importante que es Dios", aseveró.
Mencionó que hay "deshumanización" en las calles venezolanas, pues cuando alguien tiene en venta un medicamento y si el comprador no dispone de dólares, "como no los tiene, que su familiar se muera, porque al que vende no le importa. Entonces no es falta de medicinas es más bien falta del valor de Dios", opinó.
Recientemente se conoció que ante la escasez de harina de trigo, la Diócesis de Cúcuta, envió un millón de hostias y 50 litros de vino para los templos católicos venezolanos a propósito de la Semana Santa.
Sin embargo, el padre Salazar aseguró que a Ciudad Guayana este beneficio no llegó, pese a que tuvo entrevistas con personal colombiano y tocaron el tema.
Comentó que tienen fe de que no se acabe el material con el que cuentan actualmente, pero que han estado buscando harinas paralelas para poder solventar la situación.
"Uno de los sacerdotes de la ciudad estaba solicitando hostias y entre los demás reunimos para aportar las que necesitaba para su parroquia", indicó.
Asimismo puntualizó que, en Venezuela, una botella de vino para consagrar, tiene un costo mayor a Bs. S. 35 mil, lo que vuelve "cuesta arriba la adquisición del material para la celebración de la santa misa".
Agregó que seguirán buscando donaciones para poder atender la demanda.
"Si se acaba el vino de consagrar y no podemos adquirir otro, lo que haríamos es conseguir uno parecido mientras se ubica otra vez el eclesiástico", finalizó.
Por: José Manuel González / @josemagonzalezz.
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