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Harry Gómez sueña con Tokio 2020 para traerle una alegría a Venezuela


Foto: Cortesía

Talentoso, enfocado y con el deseo firme de llevar el nombre de Venezuela por el mundo, el bolivarense Ernardo Andrés Gómez Cañas, popularmente conocido como Harry Gómez, sigue llenando de orgullo a estas tierras ricas en oro, hierro y mujer por su trabajo incansable y destacado en el deporte.


Harry, de 37 años, fue criado en una familia bastante humilde en Ciudad Bolívar. Recuerda que cuando se inició en la práctica de voleibol, “eran tiempos muy difíciles” con respecto a la alimentación, convivencia, incluso en su casa todo “era en condiciones precarias”. Considera que el deporte no solo cambió su vida, sino también la de su familia.



Aunque sin plan alguno decidió comenzar en este deporte, el tiempo lo llevo a enamorarse de esta disciplina que le ha regalado grandes satisfacciones al país con su brillante labor.


“Soy una persona que cuando se propone algo y apuesto a eso al 100 por ciento, va lo busca y lo consigue”, puntualizó.

Todo inició cuando tenía 11 años, su hermano José Filiberto lo indujo a que incursionara en la carrera, era él quien practicaba deporte.


José Filiberto lo motivaba constantemente porque vio en Harry un gran potencial. Era su estatura pronunciada lo que consideraba que lo llevaría lejos. Sin embargo, no era algo que le quitaba el sueño a Harry, pues estaba enfocado en sus compromisos académicos y en ayudar a su mamá en los quehaceres de la casa.


Para ese entonces, se organizaba en Ciudad Bolívar, una copa intercolegial en la que su hermano fue el entrenador de la escuela en la que Harry estudiaba. Allí, José Filiberto lo convenció de que jugara, siendo estos sus primeros pasos.


“Todo se dio muy rápido. En tan solo tres meses fui a un municipal, después fui a un estadal en Puerto Ordaz, luego a un nacional en Maracay e inmediatamente recibí una carta para formar parte de la selección nacional”, refirió el jugador nacido el 30 de julio de 1982 en Ciudad Bolívar.



Su apodo

El jugador de 1,95 de estatura, cuando llegó al combinado criollo en el año 1995, fue apodado como “Harry”.  Fue idea de uno de sus compañeros quien notó que Gómez tenía el pie bastante grande (calza 49) y el cabello largo. Por ello, lo comparó con el personaje de una serie que, en la época era muy popular, “Harry y los Hendersons”, desde allí fue identificado como tal.


El 13 de enero de 1995 está marcado en su memoria como una fecha memorable, tenía 12 años. Ese día llegó solo a Caracas para formar parte de la Selección Venezolana de Voleibol.


“Nunca había viajado a Caracas. Era un niño de pueblo -de Ciudad Bolívar-, de una familia muy humilde que muchas veces nos tocaba comer una sola vez por día. Llego a Caracas y veo esos edificios tan enormes y de repente me cambia la vida totalmente. Era el único niño que llegaba con 12 años, el primer atleta que se incorporaba a ese proyecto que cambió la historia del voleibol venezolano”, agregó.


Harry también recordó que, para ese momento, la mayoría de los jugadores le llevaban entre ocho y nueve años de edad. “Gracias a Dios me conseguí allí con varias personas que me aconsejaron, me guiaron y me inculcaron la disciplina y constancia para mantenerme en este deporte”.

Entrenó durante casi dos años con mucha dedicación y determinación para su desarrollo físico y como persona. Después de este tiempo, comenzó a participar en las competencias nacionales e internacionales, llenando de orgullo a todo el estado Bolívar.


“Fue un contraste bastante duro porque ahí tenía que vivir con personas totalmente extrañas. Salgo de mi familia y de mi entorno de amistades. Me tocó luchar desde el primer momento que llegué hasta ahora que sigo luchando, pero fue una experiencia tremenda que si tuviera que volverla a vivir, la viviría de nuevo con todo el placer del mundo”, comentó.


Su familia fue su principal motor para salir adelante. Por ser de los más brillantes, llegó a jugar de manera paralela en las tres categorías: infantil, juvenil y adulto.


Paraguay, en 1996, fue el primer país que visitó representando a Venezuela “y desde allí no he parado”. Fueron 16 años continuos en la selección nacional y después tuvo una pausa de 4 años. Regresó luego para participar en un campeonato mundial y, en 2020 volverá luego de estar retirado por cinco años. Todo centrado en los preolímpicos que se realizarán en enero y allí estará su nombre nuevamente.


“Me retiré en el 2014 en el Campeonato Mundial de Polonia porque había muchas dificultades con la logística, discordia, opiniones encontradas y no había una meta en concreta y objetivos en comunes entre la selección y mi persona. Decidí retirarme, pensé que sería mi última competencia, pero, uno nunca debe decir la última sino tal vez sea la última, especialmente un atleta cuando es activo”, expresó.


Harry fue premiado con la distinción “Mejor jugador del mundo” en varios campeonatos internacionales y obtuvo distintos galardones y medallas que le afianzaron su carrera como uno de los más destacados y que sumaron “logros que en la historia del voleibol venezolano no se habían conseguido”.



No hay que dormirse

Harry puntualizó que un atleta con una carrera de altísima intensidad con logros históricos para Venezuela y como atleta individual, debe ir renovando sus sueños, “porque una vez que lo logras te preguntas: lo conseguí ¿y ahora qué? Muchas veces es fácil llegar, pero es muy difícil mantenerse”.


Está confiado que en el deporte se alcanzan las metas e inmediatamente tienes que pensar en la siguiente, porque “si te duermes en el lugar porque conseguiste una meta o porque hiciste un sueño realidad, yo creo que te quedas en el camino”.



Sueña con Tokio 2020

En entrevista exclusiva para SoyPuertoOrdaz, refirió que -por ahora- su meta más preciada es competir nuevamente en unos Juegos Olímpicos; Tokio 2020. En enero participará del proceso de selección de los atletas que asistirán a esta contienda deportiva.


Esta ronda preolímpica, en la que también participarán dos bolivarenses más, se realizará del 10 al 12 de enero en Santiago de Chile. La selección criolla está preparándose para lograr unos puestos en el evento del próximo año más esperado.


Recordó como una gran experiencia su participación en los Juegos Olímpicos Pekín 2008, algo que le “gustaría volver a vivir con más madurez, ya un poco más realizado, con más conocimiento de lo que es la competencia como tal y dentro de seis semanas tengo la posibilidad de volver a clasificar a esa competencia que es el máximo escalafón que puede alcanzar un atleta a nivel mundial. Ya lo alcancé una vez y está la posibilidad de volver hacerlo. Estamos luchando para eso”.


Harry no ha parado de trabajar, aunque estuvo fuera del país y retirado de la selección nacional, estuvo en otros proyectos profesionales en diferentes partes del mundo, lo que le ayudó a su crecimiento y desempeño como atleta. Ahora, quiere aplicar todos sus aprendizajes en Tokio 2020 para traerle una alegría a Venezuela a propósito de la situación país que ha ocasionado momentos muy difíciles para todos sus paisanos.


“Para mí significa algo muy especial Tokio porque viví y jugué cinco años en Japón y pues sería como cerrar el ciclo oficial con la selección nacional (retirarse) en unas olimpiadas”, indicó.


El bolivarense explicó que, “algo que hay que tener en cuenta y que estar bien claros son los ciclos de un atleta. La vida útil de un atleta es bien corta y por ahí si le añadimos el riesgo de las lesiones puede ser muy corta o muy larga. Yo me considero afortunado porque he tenido lesiones bastante grandes y me he recuperado y siempre he regresado y siempre ha sido muchísimo mejor”.


Le hace mucha ilusión volver a ver a Venezuela en unos olímpicos “para que la gente se siente nuevamente a ver a sus atletas en la televisión y diga con orgullo ese es mi vecino, o los venezolanos que están regados a nivel mundial tengan también ese poquitico de alegría que yo creo nos lo merecemos todos”.


Su familia

Harry Gómez es el cuarto de siete hermanos.
Su familia siempre lo ha apoyado y en la distancia “siempre están muy cerca de mí”.

El voleibolista contrajo nupcias en el 2004 con la barinesa Angie Molina.

Tiene dos hijas: Diana y Hanna. “Donde yo voy están conmigo, están siempre apoyándome”.


Lo más difícil, a su juicio, ha sido tener que asumir residencia en varias zonas del mundo. Esto, porque requiere de tantas maletas, cambios de escuela para sus hijas, entre otros factores que, “aunque para muchos es lo más fácil”, Harry lo considera como una de las cosas más tediosas e “inestable, pues el nivel emocional afecta un poco a veces. Vivo donde me toca trabajar”.


Sin embargo, como buen venezolano, le ve el lado positivo a todo.

Es por eso que los cambios de domicilio constantes, los ve como una posibilidad de conocer nuevas culturas e idiomas.



Proyectos


Mencionó que dispone de muchas ideas que con los venideros días irán tomando forma para encaminarla dentro del país.


“Quisiéramos rescatar todo el territorio que se ha perdido en el deporte, buscando la forma de hacer llegar la información y el conocimiento adquirido (en su caso durante más de 16 años) a los jóvenes para inspirarlos y llevarles el ejemplo de que un niñito de Ciudad Bolívar, de una familia humilde, que comía una sola vez al día pudo cambiar su vida y la historia de un deporte en un país. Creo que hay que hacerlo para retribuirle al país lo que hizo por mí”, refirió.

Harry recordó la fundación de un equipo que, “lamentablemente no se concretó. Lo perdimos”. Se trata de Huracanes de Bolívar, un proyecto que creó junto al conocido Andrés Manzanillo y Ronald Salti, quien es el entrenador de la selección nacional.


Detalló que fue el “equipo más exitoso de la liga nacional que salió de pensamiento, papel y lápiz nuestro (…) Todos los juegos eran full en el Hermanas González, éramos la plaza con mayor asistencia y el equipo más campeón”.


Comentó que Huracanes de Bolívar fue la única institución como club que participó en un campeonato sudamericano y quedó de tercero. “Fue un éxito total, pero la política y el deporte en este país van muy juntos y tuvimos nuestras discordias (con el Gobierno) y el proyecto desapareció totalmente”.


Puntualizó que “es algo que te hace soñar, porque sí lo hiciste una vez. Acá en Guayana la gente adora el voleibol y el deporte (…) La ciudad tiene una cultura bastante deportiva. Creo que hace falta y unas de las ideas va a esa vía, pero hay que ver como encajamos las ideas con la situación país”.


No podíamos dejar de preguntarle por su lugar favorito de Puerto Ordaz. Respondió sin titubeos que es La Llovizna porque es una persona que se conecta mucho con la naturaleza. “Algo que me encanta hacer es ir a trotar o correr en la mañana y encontrarte con ese salto de agua que te bañe es como una bendición. Es un lugar único en el mundo, no he ido a otro parecido en el mundo. La energía que te da es sorprendente”.


Su residencia en Venezuela está en Puerto Ordaz. Se mudó a la zona en 2001 por ser una ciudad en evolución y planificación.


A los niños que aspiran convertirse en una estrella del deporte, Harry recomendó que sueñen porque para alcanzar algo primero lo tienes que idear. Sin embargo, también emitió un mensaje a los padres porque hoy en día estos sueños también dependen de ellos.


“Si su hijo está en el deporte, apóyenlo, guíenlo, motívenlo porque muchas veces el niño no sabe si le gusta o no, o no está claro si es lo que quiere hacer en la vida o de momento está muy enamorado y descuida otra cosa como los estudios o las labores del hogar u otras responsabilidades”, comentó.


Asimismo, agregó que “a veces por eso le dicen que los castigarán y no lo dejarán hacer más deporte. Yo diría, al contrario: Oye, si tu no haces tus labores, vas a poder ir a entrenar, pero no a jugar hasta que retomes tus compromisos. Es restringirle algo que le gusta muchísimo pero no quitárselo en su totalidad porque el deporte es vida, te da salud y disciplina”.


Ernardo "Harry" Gómez quiere dejar con su trabajo, un legado para generaciones futuras. Aspira ser recordado como uno de los exponentes del voleibol que dejó a Venezuela en alto. Un orgullo bolivarense que considera que “el deportista venezolano es un héroe” ante las capacidades que tiene de triunfar sin contar con condiciones mínimas por la situación país, que va a competencias internacionales y gana, incluso cuando en ocasiones se prepara solo. “Si tuviésemos las condiciones mínimas para entrenarnos y prepararnos fuese otra cosa”, finalizó.


Redes sociales

Por: José Manuel González / @josemagonzalezz


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