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Daniel Martínez, conquistando paladares


Foto: Cortesía

Con la firme convicción de que “sin amor, no hay pasión”, Daniel Martínez alcanzó su meta de convertirse en cocinero. Fue hace 15 años cuando comenzó a incursionar en esta profesión que cautiva paladares.


Daniel tiene 34 años, nació en Puerto Ordaz estado Bolívar. Su pasión por la cocina se da como solo él puede expresarlo: “Mi pasión por la cocina nace de pronto. Es como cuando te enamoras de una persona, nadie elige ser cocinero, incluso cuando alguien dice que quieren ser cocinero es porque ya ella los enamoró desde hace ya tiempo. Aunque suene romántico, sin amor no hay pasión”.


Le encanta la cocina italiana y española, pero los últimos años los ha dedicado a la panadería.


Este guayanés, ha trabajado en muchos lugares de la ciudad y seguro sin darte cuenta ya has probado alguna de sus recetas; se considera “un cocinero andante”.



Refirió que en su carrera existen dos personas y dos lugares que lo han marcado de manera especial y le han dejado valiosos aprendizajes.


“Trabajé con el Chef John Allen en la cocina de Entretablas Teatrobar, en el que aprendí mucho y hoy le debo lo que soy como cocinero. La otra persona es Johnny Sans, jefe exigente de la pastelería Chiquitos, donde fui panadero. Estas dos personas me marcaron, hubo un antes y un después de ellos”, puntualizó.


Daniel es un hombre de retos, afirma que, sin importar las circunstancias o el tamaño de las responsabilidades, siempre ha dicho que sí a lo que -incluso- no sabe.


“Cuando estudié cocina pensé que estudiaba para cortar, sazonar, saltear, emplatar y servir o amasar, formar y hornear. Pues no, ahora me doy cuenta que estudié para afrontar mis miedos, porque siempre era algo nuevo, incluso lo repetido”, indicó.


Aunque en ocasiones ha sentido miedo -como todo ser humano- cree que la clave para vencer las adversidades y obstáculos está en la confianza en sí mismo. Un mensaje importante para generaciones futuras.


“Siempre tuve miedo y aún lo tengo. Claramente necesitamos métodos y técnicas para hacer lo que hacemos pero, si no se controla el miedo, de nada vale. La confianza en uno mismo, concentración y enfoque, no le darán lugar a ese enemigo”, comentó.


Sus aprendizajes y conocimientos no han sido sólo para mejorar su trabajo, sino que además ha buscado ayudar a nuevas promesas de la cocina en la ciudad, siendo esta una forma en la que pretende contribuir para tener un mejor país.


Lo más gratificante, asegura que es “enseñar, (aunque) aún me falta mucho por aprender pero, enseñar lo poco que sé me llena mucho. No hay alegría más grande”.


Como todo guayanés, es un hombre trabajador y emprendedor. Hace un par de años junto a su padre y su hermano decidió tener su propio proyecto llamado “Lorenzos”. Aunque es una marca que se encuentra en pausa, Daniel aspira retomarla en un futuro no muy lejano, para así ofrecer a sus coterráneos productos artesanales de calidad.


Actualmente, Daniel trabaja por su cuenta. Se desempeña como cocinero, panadero e instructor de cocina. Venezuela es su sueño y su meta. “Quiero ser parte de la reconstrucción de mi país que lamentablemente está en una situación caótica. Estar para poder colocar mi grano de arena”, aseveró.


En entrevista exclusiva para SoyPuertoOrdaz, no podíamos dejar de preguntarle sobre su lugar favorito de estas tierras llenas de gente valiosa y con muchas ansias de superación, a lo que comentó como un lugar mágico nuestro Parque La Llovizna, su sitio más preciado de Guayana. Además, los ríos y el Parque La Navidad los valora mucho, ya que “con su molino me hace recordar a Don Quijote de la Mancha”.


Por José Manuel González / @josemagonzalezz


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