Después de 14 años, un caso confirmado en Bolívar enciende las alarmas sobre la reaparición de la enfermedad en Venezuela. La Sociedad Venezolana de Salud Pública advierte del alto riesgo de transmisión en varios estados.
Después de 14 años fue detectado un caso de fiebre amarilla en Venezuela. Un indígena pemón de 46 años de edad, residente en Kamarata, Parque Nacional Canaima, en el estado Bolívar, y que hoy se sobrepone a la enfermedad, fue hospitalizado gravemente en septiembre de 2019.
Presentaba fiebre, ictericia hemorrágica y desarrolló insuficiencia renal aguda, por lo que fue sometido a diálisis. Dos meses después, ha superado las malas condiciones de salud.
A principios de noviembre, las muestras de sangre enviadas al Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel (Inhrr) en Caracas resultaron positivas para el virus de fiebre amarilla.
La Sociedad Venezolana de Salud Pública aún no identifica otros casos sospechosos de fiebre amarilla en la zona y el Ministerio de Salud ha hecho mutis sobre este caso y tampoco ha declarado alerta epidemiológica.
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“Se trata del primer caso de la enfermedad confirmado en los últimos 14 años en el país, luego de los brotes epidémicos ocurridos entre 2002 y 2005, que afectaron sucesivamente varios estados, entre ellos: Zulia, Táchira, Portuguesa, Mérida, Monagas, Apure y Bolívar. En el estado Bolívar los últimos casos ocurrieron en 1999, en un turista que visitó Canaima y al regresar a los Estados Unidos fue diagnosticado en ese país, y en 2005, otro caso que resultó mortal”, reseña un informe de la SVSP de acuerdo con los boletines epidemiológicos semanales del Ministerio de Salud de los años 1999 a 2005.
La Red Defendamos la Epidemiología Nacional y la Sociedad Venezolana de Salud Pública alertaron sobre el alto riesgo para la transmisión de la fiebre amarilla en 17 estados del país. Amazonas, Anzoátegui, Apure, Aragua, Barinas, Bolívar, Cojedes, Delta Amacuro, Guárico, Mérida, Miranda, Monagas, Portuguesa, Sucre, Táchira, Trujillo y Zulia son las regiones propensas a la propagación de la enfermedad.
El reporte identifica tres focos más frecuentes de casos de fiebre amarilla: el foco occidental (sur del lago de Maracaibo y municipios colindantes en Mérida y Táchira), foco suroccidental (estados Táchira, Apure, Barinas y Portuguesa) y el foco meridional (Amazonas y Bolívar).
En Venezuela, los últimos casos de transmisión urbana ocurrieron en Coro, estado Falcón, hace cerca de 100 años, y desde 1997 se han confirmado 71 casos autóctonos de la enfermedad, incluido el caso actual. Los brotes más intensos ocurrieron en Amazonas en 1998, con 15 casos y cuatro defunciones.
Luego, entre 2002 y 2005, se identificaron 55 casos confirmados, de ellos 27 mortales, en siete estados de Venezuela, reconocido como uno de los países de América del Sur con transmisión endémica de la enfermedad a partir de focos selváticos.
La fiebre amarilla es una enfermedad aguda hemorrágica ocasionada por un virus transmitido en el ciclo ecológico selvático por mosquitos, especialmente del género Aedes. Se denomina “amarilla” por el color amarillento (ictericia) que presentan algunos enfermos.
En gran medida, es una enfermedad ocupacional, que afecta sobre todo a personas del sexo masculino que, por su actividad, penetran en la selva. El grupo etario más comprometido es el comprendido entre los 20 y los 39 años de edad. La mayoría de los casos se presenta en la época de las lluvias, cuando es mayor la densidad de la población de mosquitos.
Sus síntomas son: fiebre, escalofríos, dolores musculares y de cabeza entre los 3 y los 6 días de la picadura del mosquito infectado. La enfermedad se agrava con la inflamación del hígado y hemorragias digestivas, nasales y oculares. Cuando esto sucede, más de la mitad de los enfermos fallecen.
“Después del ébola, la fiebre amarilla, es la segunda enfermedad más seria. Por eso, la posibilidad de que se produzca un brote de fiebre amarilla urbana es una gran preocupación, aún más cuando no hay suficientes servicios de diálisis funcionando y el sistema público está en su peor momento”, señaló el infectólogo venezolano Julio Castro, investigador del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela, en un reporte publicado en el diario El País de España.
La medida más importante de prevención de la fiebre amarilla es la vacunación que proporciona una inmunidad efectiva contra la enfermedad de 99 %. Una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad y protección de por vida, sin necesidad de dosis de refuerzo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.
El organismo internacional ha reportado que la cobertura de la vacuna de fiebre amarilla en Venezuela apenas alcanzó 35 % en 2018. Los estándares internacionales recomiendan una cobertura por encima de 90 %.
Hasta el momento, la falta de acceso a información epidemiológica en Venezuela impide conocer los reportes de fiebre amarilla y otras enfermedades.
Con información de Agencias.
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